Reproducimos la entrevista que Joaquín Carbonell le hace en el Periódico de Aragón a Jesús Domingo de La Ronda de San Martín:--¿Cómo han logrado sobrevivir 160 años?
--Ininterrumpidamente, salvo los años de la Guerra Civil. Siempre ha habido gente que le ha gustado salir con la ronda y nunca se ha detenido. La gente el pueblo se identifica con la Ronda, y lo pudiste ver en Lechago, cuando el homenaje a Labordeta, adonde acudió todo el pueblo.
--¿Las letras de la ronda datan de aquella época?
--Casi todas; alguna se ha ido escribiendo durante las rondas y si es fácil y aceptada por todos, se incluyen. De todas hay muchísimo repertorio. El problema que tenemos en las rondas es que no cantamos todas, porque es casi imposible tenerlas todas en la cabeza; pero todas las vamos alternando para no perderlas.
--Me ha llamado la atención que las letras y los temas son muy poco religiosas, poco machistas...
--Incluso algunas son casi irreverentes, simpáticas. La ronda es popular, hecha para cantarla en la calle y no en escenario, y suelen hacer referencia a cualidades de las mozas. Tienen sobre todo un sentido del humor muy agradable.
--En sus buenos tiempos la ronda de las fiestas duraba 15 días.
--Eso es; este año queremos recopilar toda la tradición oral sobre la ronda, y hay gente que dice que duraban nueve noches y otros 15. En aquellos años no existía ningún tipo de diversión. En 1965 por ejemplo, había mil y pico habitantes en San Martín, es decir, muchas mozas solteras.
--Y apenas había televisión.
--Exacto, solo en el teleclub o en el bar. Su máxima diversión era el baile y la ronda. Está ligado a las fiestas patronales, y la gente pujaba por quedarse las fiestas pagando. Ese señor pagaba a la ronda pero pasaba la bandeja y le quedaba dinero.
--¿En pueblos próximos existía ese tipo de rondas?
--Sabemos que hubo en Báguena, que a veces venían a San Martín, a ayudar a nuestra ronda. Lo mismo que hemos hecho al invitar a los dulzaineros del Bajo Aragón, de manera que con vientos suena mejor.
--Deberían salir algo más un poco como la Ronda de Boltaña.
--Este año hemos hecho el disco, hemos salido a Lechago, y nuestro objetivo para el 2010 es tener la ronda como un valor cultural, y como un recurso turístico. Pero no es lo mismo ronda que rondadores. Lo que queremos es que las tres noches en que se ronda en San Martín, conserve esa magia. Viene mucha gente y se ha convertido en un valor cultural de San Martín, de manera que atrae también a visitantes al pueblo.
--Y cuándo se ronda?
--Tres noches antes de las fiestas del 15 de agosto.
--Ininterrumpidamente, salvo los años de la Guerra Civil. Siempre ha habido gente que le ha gustado salir con la ronda y nunca se ha detenido. La gente el pueblo se identifica con la Ronda, y lo pudiste ver en Lechago, cuando el homenaje a Labordeta, adonde acudió todo el pueblo.
--¿Las letras de la ronda datan de aquella época?
--Casi todas; alguna se ha ido escribiendo durante las rondas y si es fácil y aceptada por todos, se incluyen. De todas hay muchísimo repertorio. El problema que tenemos en las rondas es que no cantamos todas, porque es casi imposible tenerlas todas en la cabeza; pero todas las vamos alternando para no perderlas.
--Me ha llamado la atención que las letras y los temas son muy poco religiosas, poco machistas...
--Incluso algunas son casi irreverentes, simpáticas. La ronda es popular, hecha para cantarla en la calle y no en escenario, y suelen hacer referencia a cualidades de las mozas. Tienen sobre todo un sentido del humor muy agradable.
--En sus buenos tiempos la ronda de las fiestas duraba 15 días.
--Eso es; este año queremos recopilar toda la tradición oral sobre la ronda, y hay gente que dice que duraban nueve noches y otros 15. En aquellos años no existía ningún tipo de diversión. En 1965 por ejemplo, había mil y pico habitantes en San Martín, es decir, muchas mozas solteras.
--Y apenas había televisión.
--Exacto, solo en el teleclub o en el bar. Su máxima diversión era el baile y la ronda. Está ligado a las fiestas patronales, y la gente pujaba por quedarse las fiestas pagando. Ese señor pagaba a la ronda pero pasaba la bandeja y le quedaba dinero.
--¿En pueblos próximos existía ese tipo de rondas?
--Sabemos que hubo en Báguena, que a veces venían a San Martín, a ayudar a nuestra ronda. Lo mismo que hemos hecho al invitar a los dulzaineros del Bajo Aragón, de manera que con vientos suena mejor.
--Deberían salir algo más un poco como la Ronda de Boltaña.
--Este año hemos hecho el disco, hemos salido a Lechago, y nuestro objetivo para el 2010 es tener la ronda como un valor cultural, y como un recurso turístico. Pero no es lo mismo ronda que rondadores. Lo que queremos es que las tres noches en que se ronda en San Martín, conserve esa magia. Viene mucha gente y se ha convertido en un valor cultural de San Martín, de manera que atrae también a visitantes al pueblo.
--Y cuándo se ronda?
--Tres noches antes de las fiestas del 15 de agosto.
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