La localidad de Triste es sede de uno de los pocos enclaves europeos donde los ovillos de lana, lino, algodón o cáñamo son transformados por una tejedora a la vieja usanza, empleando un telar manual llamado de "lazos".
Marinoël Vecher, de nacionalidad francesa y afincada en España desde 1.961, empezó a realizar trabajos como una mera afición y poco a poco y tras sucesivas investigaciones, empezó a recuperar tejidos y técnicas que poco a poco ha ido desarrollando.
Las piezas que fabrica son únicas, por encargo, y recibe pedidos, destinados a recuperar viviendas de segunda residencia en su mayor parte, desde diferentes partes del mundo.
Veamos en que consiste la técnica:
El trabajo comienza con la preparación de la urdimbre en el urdidor, que puede ser de tipo tambor o de pared. En él se dispone la cantidad de hilos deseada, dependiendo de la anchura del tejido y la longitud. Transformada la urdimbre en madeja, se pasa a la fase preparatoria que permite colocar los hilos a la anchura deseada.
Se trata de un proceso muy lento que requiere altas dosis de paciencia. Después se pasa al telar donde se enrolla la madeja, convenientemente tensada, en el plegador de urdimbre y se cortan los hilos a la altura del peine hasta enhebrarlos pacientemente uno a uno, comprobando cada poco tiempo que el trabajo se está realizando correctamente. Iniciada la labor de tejido propiamente dicha, la canilla llena de hilo se introduce en la lanzadera y con un movimiento combinado entre las manos y los pies, el hilo recorre la urdimbre separada por las mallas.
La combinación de tejidos y la variedad de dibujos requieren mucha experiencia y conocimiento del oficio.
La tintura de los tejidos, es decir la aplicación de un colorante a un tejido por inmersión en una solución, es una técnica que ha depurado esta artesana de Triste. Consigue los tintes a base de productos vegetales como raíces, tallos, hojas y flores que seca convenientemente en un local, excepto para el color rojo que lo obtiene de un parásito de este color que sólo se encuentra en la Islas Canarias, la cochinilla.
Para la coloración de los tejidos usa agua de lluvia porque el agua del grifo, al estar depurada no sirve. Para asegurar que no le va a faltar agua de lluvia, su marido le construyó un aljibe en el que el agua de lluvia se almacenará.
El trabajo de esta artesana no queda sólo en las paredes de algunas viviendas sino que recorre actos culturales, mercados medievales y ferias de artesanía. Con su colección particular de trabajos que ha ido realizando, esta artesana con la ayuda de su marido han fabricado un mini museo del telar y de la artesanía textil en su propia casa que, aunque no está abierto al público, no tienen ningún inconveniente en mostrarlo a todo aquel viajero que se acerque hasta la localidad de Triste.
Fuente: http://www.reinodelosmallos.com/asp/artesania_detalle.asp?cod=9
Marinoël Vecher, de nacionalidad francesa y afincada en España desde 1.961, empezó a realizar trabajos como una mera afición y poco a poco y tras sucesivas investigaciones, empezó a recuperar tejidos y técnicas que poco a poco ha ido desarrollando.
Las piezas que fabrica son únicas, por encargo, y recibe pedidos, destinados a recuperar viviendas de segunda residencia en su mayor parte, desde diferentes partes del mundo.
Veamos en que consiste la técnica:
El trabajo comienza con la preparación de la urdimbre en el urdidor, que puede ser de tipo tambor o de pared. En él se dispone la cantidad de hilos deseada, dependiendo de la anchura del tejido y la longitud. Transformada la urdimbre en madeja, se pasa a la fase preparatoria que permite colocar los hilos a la anchura deseada.
Se trata de un proceso muy lento que requiere altas dosis de paciencia. Después se pasa al telar donde se enrolla la madeja, convenientemente tensada, en el plegador de urdimbre y se cortan los hilos a la altura del peine hasta enhebrarlos pacientemente uno a uno, comprobando cada poco tiempo que el trabajo se está realizando correctamente. Iniciada la labor de tejido propiamente dicha, la canilla llena de hilo se introduce en la lanzadera y con un movimiento combinado entre las manos y los pies, el hilo recorre la urdimbre separada por las mallas.
La combinación de tejidos y la variedad de dibujos requieren mucha experiencia y conocimiento del oficio.
La tintura de los tejidos, es decir la aplicación de un colorante a un tejido por inmersión en una solución, es una técnica que ha depurado esta artesana de Triste. Consigue los tintes a base de productos vegetales como raíces, tallos, hojas y flores que seca convenientemente en un local, excepto para el color rojo que lo obtiene de un parásito de este color que sólo se encuentra en la Islas Canarias, la cochinilla.
Para la coloración de los tejidos usa agua de lluvia porque el agua del grifo, al estar depurada no sirve. Para asegurar que no le va a faltar agua de lluvia, su marido le construyó un aljibe en el que el agua de lluvia se almacenará.
El trabajo de esta artesana no queda sólo en las paredes de algunas viviendas sino que recorre actos culturales, mercados medievales y ferias de artesanía. Con su colección particular de trabajos que ha ido realizando, esta artesana con la ayuda de su marido han fabricado un mini museo del telar y de la artesanía textil en su propia casa que, aunque no está abierto al público, no tienen ningún inconveniente en mostrarlo a todo aquel viajero que se acerque hasta la localidad de Triste.
Fuente: http://www.reinodelosmallos.com/asp/artesania_detalle.asp?cod=9
La Orquestina del Fabirol actuará el sábado 17 a las 23 horas.
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