6 de agosto de 2009

La Ronda de Boltaña




Oficialmente, el 24 de enero de 1992 es la fecha en la que La Ronda de Boltaña tocó por primera vez en las calles del pueblo que le da nombre, con el porrón en pie de fiesta. La música de ronda regresaba a las calles pétreas del casco antiguo de Boltaña y diecisiete años después "O viento rondador" no ha dejado casas sin rondar, llevando sus canciones desde Sieste o Ascaso hasta Bruselas y acumulando cerca de 700 actuaciones.
Han compartido escenario con La Bullonera, Pablo Guerrero, Labordeta o Paco Ibáñez, entre otros artistas. "Hemos visto cumplidos muchos sueños y conocido infinidad de gentes y lugares", comentan Ignacio Pardinilla y Paco Sarrablo. El nombre de La Ronda de Boltaña es sinónimo de fiesta y allá donde actúan -en escenario o a pie de calle- la respuesta del público y el éxito están garantizados.
En los orígenes del grupo, cuando recuperaron la ronda, basaban su repertorio en la música folk del valle de Hecho o de La Orquestina del Fabirol, hasta que pronto compusieron "La ronda enamorada", el primer tema propio, al que siguieron otros hasta completar su primer disco, "La Ronda de Boltaña". Después se editaron "Banderas de humo", "País de anochecida" y "Salud, país".
Con letras muy reivindicativas, abanderaron la defensa del descarte del pantano de Jánovas, "una de las batallas por las que hemos peleado", y a la que entonaron la "Habanera triste". Cantaron al corazón de Sobrarbe y "El país perdido" se erigió en el himno institucional de la Comarca. "Invoco tu nombre, País del Sobrarbe, ¡Arriba hay que despertar… Y Sobrarbe renacerá", reza la canción.
"En nuestra trayectoria, todo es un cúmulo de casualidades", apuntan Ignacio Pardinilla y Paco Sarrablo. Comenzaron a tocar para acompañar al grupo del Palotiau de Boltaña y en cenas de amigos. Sin nada premeditado, con la pasión común por la música, nació La Ronda de Boltaña, una formación abierta, que Pardinilla y Sarrablo definen como una "troupe". Además de los músicos, las mujeres y los hijos se han integrado de tal forma que han contribuido a la unión del grupo durante estos años. "La Ronda es una gran familia", dicen orgullosos. Las mujeres de los músicos cantaron en la "Ronda de los pollitos" y, de la misma forma, niños de Boltaña y Sabiñánigo colaboraron en "Pedrón".
La unidad del grupo no se ha visto resquebrajada en estos diecisiete años de convivencia y "hay Ronda para rato". Un día pueden tocar en un escenario ante 30.000 personas y al día siguiente en un pueblo pequeño. ¡Esa es la esencia de La Ronda de Boltaña, el charme! Combinan instrumentos tradicionales de rondalla (bandurria, laúd, guitarra y guitarrico) con otros de música tradicional (gaita aragonesa, trompa, acordeón diatónico, acordeón cromático, clarinete y bajo acústico). En este sentido, "se ha producido una incorporación progresiva de instrumentos". Su música ha evolucionado "desde la frescura del primer disco a la elaboración de los últimos trabajos".
Las anécdotas se suceden en sus actuaciones, rondas y desplazamientos en autobús. "En una ocasión, esperábamos un autobús de la empresa Autocares Bergua de Aínsa, alguien que pasaba por allí dijo: "Ahí va la Orquesta Bergua". En Zaragoza, al principio, nos confundían con gallegos porque tocábamos la gaita".
La experiencia acumulada les ha permitido crecer en la música, fieles a sus ideales y se muestran igual de felices tocando en pueblos pequeños, como Buerba -un clásico de La Ronda de Boltaña-, sin olvidar Boltaña y Aínsa, que en escenarios para un gran público. Uno de los últimos reconocimientos que han recibido ha sido el nombre de una calle en Zaragoza, en la zona del Actur, donde el nombre de esta singular formación quedará inmortalizado.

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